El envase de aluminio para vinos y bebidas es, además de económico y práctico, de mínimo impacto en el medio ambiente, prácticamente inexistente. Así lo afirman dos portales de información argentinaambiental.com y pilarproductivo.com.ar en sendos informes publicados en las recientes semanas.

En esos dossiers se enumeran una vez más las virtudes y ventajas de la lata de aluminio, que ya se incorporó como envase novedoso en la industria del vino:

– En la lata la bebida se enfría más rápido que en cualquier otro envase. Esto permite un ahorro de energía notable de un 95%.
– El 72% de las latas que se consumen en el planeta son recicladas. Por ende, se transforman a su vez en nuevos productos con base en aluminio. En Argentina hay un 79% de recuperación de latas.
– El packaging de aluminio protege al producto del oxígeno, la luz, etc., conservando el valor nutricional. Además es cómodo y permite controlar porciones.
– Las latas de aluminio son eficientes y económicas para la producción, el envasado y la distribución.
– Son apilables (eficiencia cúbica), por lo tanto rentables para transportarlas. La logística de transporte de una lata consume menos CO2, pues un camión de latas transporta 50% más de líquido que uno con botellas de vidrio.
– Las latas son los envases más sostenibles de la cadena de bebidas por ser 100% e infinitamente reciclables.

Un proceso minucioso
Cada rollo de aluminio para la producción de latas contiene 2 kilómetros de material, que es necesario debobinar. Para ese proceso se incorpora lubricantes que evitan que el metal se quiebre. Una vez extendido, una prensa lo somete a 150 toneladas de fuerza permanente y
pendulante. Cada golpe de prensa corta la lámina y genera un “copo”, origen de la lata, de diámetro y espesor algo mayor al de la lata final. Luego se estira en prensas horizontales para formar el fondo.

A través de cintas transportadoras las latas pasan por una lavadora industrial que deja el producto listo para pintura, con el diseño de la marca que se aplica como un esténcil. Luego lleva un barniz interno inocuo y sanitario.

Al final del proceso se conforma el cuello con la pestaña. Las latas se venden con tapas por separado empacadas en pallets, y son sometidas a un minucioso control de calidad.

El fabricante, Ball Corporation, desarrolla programas de cuidado del medioambiente y gestión sustentable del proceso productivo. Este año su meta es reducir la huella de carbono en un 25%, en parte por eficiencia del aluminio y menor consumo de energía y en parte por aumento
de reciclaje de la lata.


Vinos en Lata Argentina // Abril 2020